martes, 30 de junio de 2015

Fotogramas

 "Maeterlinck afirma que si fuéramos capaces de grabar al hombre con una cámara de cine a través de los instantes de la historia, en los fotogramas siempre veríamos la misma figura esbozando los mismos gestos, y del conjunto de miles de millones de imágenes aparecería una sola forma impersonal y una única acción impersonal. Pues ahora somos justo nosotros quienes aparecemos en la cinta de celuloide, tú y yo, y ejecutamos los mismo movimientos que el ser humano (siempre en pareja) ejecuta orgullosamente desde el principios de los tiempos, en el éxtasis ilusorio de la personalidad".
                                                                             La gaviota. Sándor Márai

Otoño en el Hipódromo de San Isidro





Palafreneros





Aplastamiento de las gotas

 Yo no sé, mira, es terrible cómo llueve. Llueve todo el tiempo, afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con goterones cuajados y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofetadas uno detrás de otro, qué hastío. Ahora aparece una gotita en lo alto del marco de la ventana; se queda temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos apagados, va creciendo y se tambalea, ya va a caer y no se cae, todavía no se cae. Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes, mientras le crece la barriga; ya es una gotaza que cuelga majestuosa, y de pronto zup, ahí va, plaf, deshecha, nada, una viscosidad en el mármol. 
 
    Pero las hay que se suicidan y se entregan enseguida, brotan en el marco y ahí mismo se tiran; me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse. Tristes gotas, redondas inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós.
                                                                                               
                                                                             JULIO CORTAZAR